Embarazada, divorciada y 10 millones de dólares: El secreto que sacudió a un CEO

Capítulo 2: Ecos del Cuarto 808

La habitación estaba bañada en una suave y cálida luz dorada que provenía de las luces superiores. Sentado en el sofá de cuero mullido había un hombre cuya presencia parecía dominar todo el espacio.

Sus rasgos esculpidos, afilados e impecables, parecían algo moldeado por las manos de un maestro artista. El traje a medida que llevaba se pegaba a sus anchos y firmes hombros, insinuando poder bajo la pulida apariencia exterior.

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Este era Enzo Presgrave, un nombre sinónimo de riqueza, poder y misterio. Sin embargo, sus ojos generalmente serenos y confiados ahora mostraban una tormenta de conflictos mientras resonaban en su mente las severas palabras de su abuela:

Enzo, debes casarte con Alana Tavares. Solo con ella. Es la única que aceptaré como tu esposa en esta familia.

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Su mandíbula se tensó y sus manos se cerraron en puños. Sin embargo, en ese momento, sus pensamientos no estaban en el matrimonio. Estaban en un recuerdo inquietante: la mujer de hace cinco años, aquella cuya vida había destrozado sin darse cuenta.

Esa noche volvía con todo detalle. Recordaba la habitación tenue, el aroma a perfume en el aire y cómo su visión se nubló bajo la influencia de una bebida drogada. Se quitó el reloj, su último vínculo con la lucidez, y lo puso en la temblorosa mano de ella antes de sucumbir al inconsciente.

Era un recuerdo imborrable y un error que no podía corregir.

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Habían pasado cinco años y aún la buscaba. El reloj que ella vendió la semana pasada en una tienda de segunda mano era la única pista que tenía, pero podría ser demasiado tarde.

El timbre de su teléfono rompió sus pensamientos. Contestó, su voz aguda y autoritaria.

Embarazada, divorciada y 10 millones de dólares: El secreto que sacudió a un CEO

"¿Qué?"

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"Joven Sr. Enzo, hemos encontrado a la mujer que vendió el reloj. Se llama Heloísa Simões," fue la respuesta al otro lado.

La respiración de Enzo se entrecortó y su fría actitud se deshizo lo suficiente como para dejar ver un destello de esperanza. "Envíame su dirección," ordenó, con la voz tensa y decidida. "La veré en persona."

Minutos después, el elegante auto negro de Enzo se detuvo frente a una boutique pintoresca. En el interior, Heloísa estaba detrás del mostrador, nerviosa organizando las joyas. Su pequeña tienda había sido su salvavidas durante más de un año, pero el negocio estaba flojo. La presión financiera la oprimía y cuando decidió vender el reloj que había mantenido oculto durante años, nunca imaginó que le reportaría una suma asombrosa de R$500,000.

El reloj no era suyo, pero lo había reclamado como propio cuando el personal de la discoteca se lo entregó de la sección de objetos perdidos. Lo guardó en secreto hasta que la desesperación la obligó a desprenderse de él.

Last updated on January 30th, 2025 at 07:31 pm