Embarazada, divorciada y 10 millones de dólares: El secreto que sacudió a un CEO

A las 3:00 p.m. exactamente, Alana entró en la sala de reuniones, tomando asiento entre los miembros clave de Bourgeois. Sus ojos escanearon la habitación, notando las miradas intensas de sus colegas. Una, en particular, captó su atención. Una mujer llamativa en sus finales 20 con rasgos agudos y un distintivo letrero que decía “Alice, Diseñadora Principal,” la fijaba con una mirada gélida.

Esta industria es un campo de batalla. Aquí no hay aliados.

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La tensión en la habitación se espesó cuando resonaron unos pasos pesados en el pasillo. La puerta se abrió y entró un hombre alto impecablemente vestido. Su presencia era magnética, atrayendo la atención sin esfuerzo. Sus rasgos angulares y su mirada aguda exudaban autoridad, y un aire de misterio lo rodeaba mientras se dirigía a la cabeza de la mesa y se sentaba.

Un murmullo se propagó por la sala antes de caer en silencio.

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¿Quién es este hombre? Se preguntó Alana, su curiosidad despertada. ¿No se suponía que el jefe era un hombre mayor?

El vicepresidente de la empresa, Lucio Ferraz, se puso de pie y aclaró la garganta. “Damas y caballeros, les presento al Sr. Enzo Presgrave, el nuevo CEO y presidente de QR International Jewelry Group. A partir de este día, supervisará todas las operaciones de Bourgeois.”

El anuncio cayó como un estruendo. Los susurros llenaron la habitación y una ola de murmullos siguió.

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¿Enzo Presgrave? El corazón de Alana se hundió. Su mirada se posó en el hombre al frente de la mesa, quien la miraba con una mirada firme y penetrante. Su pulso se aceleró mientras la inquietud la invadía.

¿Por qué está él aquí? se preguntó. ¿Es este otro intento de la familia Presgrave de involucrarse en mi vida?

Durante la reunión, Alana luchaba por concentrarse. Su mente iba a mil por hora con preguntas, y de vez en cuando sentía la mirada de Enzo sobre ella. Era inquietante. Lo miraba, solo para encontrar que sus ojos ya la habían encontrado. La intensidad de su mirada le hacía erizar la piel.

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Las demás mujeres en la sala tampoco eran ajenas. Notaron la atención repetida de Enzo hacia Alana, y la envidia destellaba en sus expresiones. Los susurros y miradas de reojo llenaron la habitación.

Cuando la reunión llegó a su fin, Alana estaba desesperada por irse. Regresó a su oficina a toda prisa, con los pensamientos revoloteando en su mente. Apenas tuvo tiempo de recuperar el aliento cuando llamaron a su puerta.

Antes de poder responder, la abrieron y entró Enzo, su alta figura llenando el umbral.

“¿Qué quieres?” preguntó Alana, con la voz cortante mientras se recostaba en su silla.

Enzo cerró la puerta tras de sí, sus movimientos pausados y deliberados. Sacó la silla frente a ella y se sentó con confianza inquebrantable.

“Señorita Tavares,” comenzó, su voz baja y firme, “necesitamos hablar.”

“Si es sobre trabajo, bien. Si no, no estoy interesada,” espetó Alana, cruzando los brazos defensivamente.

La expresión de Enzo permaneció impasible mientras se inclinaba ligeramente hacia adelante. “Tu madre me salvó la vida. Dio todo para protegerme cuando era solo un niño. Mi familia te debe una deuda que nunca podremos saldar. Pero lo intentaré.”

El corazón de Alana se contrajo ante sus palabras, pero se negó a mostrarlo. “No hay nada que saldar,” dijo con firmeza. “Mi madre cumplió con su deber como oficial de policía. Esa fue su elección, no la mía.”

Los ojos de Enzo se oscurecieron. “He escuchado sobre tu hijo,” dijo en voz baja. “Si me lo permites, puedo ayudar a criarlo. Darle la vida que se merece.”

La cabeza de Alana se levantó, estrechando los ojos. Algo en la oferta le resultaba extraño. Por un breve momento, examinó su rostro. Los rasgos de su hijo cruzaron por su mente. El parecido era asombroso.

¿Podría ser…?

Apartó ese pensamiento, con la voz contundente. “No necesito tu ayuda. Mi hijo y yo nos arreglamos solos.”

La mirada de Enzo se posó en ella, cargada con algo que no podía identificar. “Si alguna vez cambias de opinión, mi oferta está en pie.”

Con eso, se puso de pie y salió, dejando a Alana luchar con el torbellino de preguntas que revoloteaba en su mente.

Last updated on January 30th, 2025 at 07:31 pm